Empoderamiento
El concepto de empoderamiento se ha utilizado extensamente, tanto que muchas veces se le agregan significados que hacen que vaya perdiendo su contenido. Este se debe entender como la capacidad de generar el desarrollo de una conciencia crítica, como factor de auto-emancipación. El empoderamiento implica tomar consciencia y cuestionar las relaciones de poder desiguales en las cuales las mujeres se encuentran inmersas, de cómo la discriminación por el hecho de ser mujeres se entrecruza con la etnia, la edad, la ruralidad y/o la diversidad sexual, y de esta manera cuestionar el orden patriarcal existente. Al hablar de empoderamiento, no se debiera entender (o, al menos, debiéramos evitar) la referencia a un proceso que viene desde fuera, sino más bien es desde las propias organizaciones o personas que trabajan para generar esta conciencia crítica necesaria para promover espacios dónde las mujeres quieran y puedan disputar lugares de poder a sus pares varones. Es por eso que podemos entender al empoderamiento como la participación en organizaciones -de diferente tipo y nivel-, en el ámbito público y político. De este modo, las mujeres gradualmente pasan de la subordinación a ser sujetas políticas, y se van generando estrategias de alianzas entre ellas mismas, y así ir transformándose en agentes claves para el cambio social.