División sexual del Trabajo
Tiene que ver con el capitalismo y el mercado, la familia, el Estado y el origen del patriarcado. Históricamente, se refiere a la propia estructura de las sociedades occidentales: división de espacio, tareas y responsabilidades en función del sexo biológico. Tradicionalmente, el trabajo en la esfera pública fue considerado exclusivamente “cosa de hombres”, mientras el trabajo doméstico y reproductivo quedaba bajo la responsabilidad de las mujeres. Los roles en el ámbito público tienen que ver con la política y también con las relaciones económicas reservadas a los varones; concretamente, el reconocimiento del trabajo remunerado y la lucha de clases entre quienes son los propietarios de los medios de producción y los que venden su fuerza de trabajo. El trabajo gratuito (tareas domésticas, reproductivas y de cuidado) que realizan las mujeres permitió que los varones puedan salir a trabajar fuera de los hogares, y de esta manera garantizar la viabilidad de la acumulación capitalista. Dicho de otro modo, el capitalismo, el desarrollo económico e industrial ha sido posible gracias al trabajo doméstico gratuito, invisibilizado y desvalorizado reservado a las mujeres. Esta división tiene repercusiones tanto políticas como económicas y sociales, y en todas ellas los hombres tienen un lugar de privilegio -dado que se otorga un valor social superior a los espacios y lugares ocupados por ellos. Sin embargo, no son todos los varones los que ostentan estos privilegios, sino solo aquellos heterosexuales, blancos, adultos y de determinada clase social, entre otros atributos.